
Acabamos de volver de Dublín. Como Inglaterra, Irlanda es el paraíso de la comida industrial, deliciosa, con empaquetados tentadores y una variedad que marea. Pero además resulta que es el paraíso de la comida industrial para alérgicos. Todos los productos de alimentación, hasta el más básico, indican con asombrosa precisión quiénes no lo pueden tomar, las trazas que contienen y las que podrían contener. Un absoluto placer: nos hemos atrevido con cosas impensables en Madrid y Julia ha podido tomar hasta chucherías.
En España, para entender los componentes de unas simples galletas hay que sacar la lupa de detective y hacer una labor de rastreo que implica desde consultas en internet hasta llamadas a laboratorios. Además, aunque es obligatorio avisar de los alergenos, los fabricantes a veces se agarran a la norma que les permite no indicar los ingredientes que supongan menos del 2% de la composición. Así que si la soja no aparece como ingrediente, eso no garantiza que lo que te vas a comer no tenga soja. Como nuestro alergólogo nos ha explicado que la mejor forma de que un niño supere una alergia es mantenerle escrupulosamente apartado del alergeno, suelo evitar la comida industrial, aunque parezca segura. La mejor opción: hacerlo todo en casa. Así que nada más llegar, una buena provisión de galletas.


Al sustituir la mitad del aceite que lleva la receta por leche de arroz, a pesar de no tener huevo, consigo una masa elástica fácil de trabajar con cortapastas.



Son galletas sencillas, de uso diario, tipo galletas maría.

Para una decoración fácil, utilizo dos glasas básicas de azúcar y chocolate.




Esta receta no requiere mucho tiempo. Unos 5 minutos de amasado + 20 minutos de reposo + 45 minutos si vais a utilizar cortapastas ó 10 minutos si las preferís redondas + 10 minutos de cocción. La decoración serán otros 15 minutos. Yo suelo dedicarle una mañana, pero se pueden tener listas en una hora si se hacen redondas y sin decoración. Y siguen estando buenísimas.
Receta
Sin lácteos, sin soja, sin huevo, sin frutos secos, con gluten
Ingredientes
- 100 gr. de aceite de oliva virgen extra
- 100 gr. de leche biológica de arroz (sirve cualquier leche vegetal o animal)
- 200 gr. de azúcar integral
- 500 gr. de harina blanca de trigo o de espelta ecológica. La espelta da un sabor muy rico parecido a un fruto seco.
- Encender el horno a 180º y preparar una bandeja de horno para que no se peguen las galletas: se puede usar harina o papel encerado.
- Templar un poco la leche y añadirle el azúcar para que vaya disolviéndose. En un bol, poner el aceite y añadirle la leche con el azúcar. Remover bien, dejar reposar unos 5 minutos. Añadir el harina y mezclar. Recomiendo hacer la mezcla con una rasqueta o espátula dura, o con cualquier utensilio con forma de pala plana y dura. Se va metiendo masa de los bordes hacia adentro, de forma que se mezclen los ingredientes sin amasar, pues la masa de las galletas no hay que tocarla mucho. Cuando los ingredientes estén bien mezclados (debe quedar una masa húmeda, bastante pegajosa, así que cuidado si decidimos añadirle harina), hacemos rápidamente una bola, sin manosearla, y la cubrimos con un paño limpio.
- Si vamos a hacer formas: dejamos reposar la bola de masa 20 minutos. Cuando volvamos a ella, estará elástica y húmeda, pero ya no estará pegajosa. Dividir la masa en cuatro, para que sea más fácil de manejar. Yo utilizo un paño de lino que evita que la masa se pegue al estirarla*. Pongo un poco de harina en el paño y la froto hasta que la tela la absorbe. Me facilita muchísimo la tarea. Si no, hay que enharinar sin abusar una superficie lisa. Hago una bola con el cuarto de masa y golpeo con el rodillo hasta aplanarla. Se quiebra un poco, pero no os preocupeis, la vais pegando. Cuando empecemos a estirar con el rodillo, la masa se recompone. Con el rodillo se trabaja del centro hacia los bordes, con suavidad y despacio. A mi me gustan finas las galletas, así que suelo dejar la masa en unos 4 ó 5 milímetros. Cortar con el cortapastas y recoger cada galleta con una espátula fina. Colocar en la bandeja de horno previamente enharinada.
- Si las preferimos redondas: hacer dos chorizos con la masa, lo más compactos posible y envolver en papel film. Dejar reposar 20 minutos en la nevera. Con una rasqueta o con un cuchillo ancho, vamos sacando rodajas finas.
- Cocer 10 minutos o un poco más. La bandeja se sitúa en la mitad del horno. IMPORTANTE: vigilar bien las galletas. En cuanto estén doradas por los bordes, hay que sacarlas porque se queman en un pispás. Las galletas estarán blandas cuando se sacan del horno, y se pondrán duras en la rejilla donde las colocamos para que se enfríen. No deberían enfriarse en contacto con una superficie plana, ya que la condensación las pondría blandas. Si no tienes una rejilla específica, puedes usar una rejilla de horno apoyada en dos libros.
Para la decoración
Para la glasa blanca, mezclar en un bol 100 gr. de azúcar glas con una cucharada de agua templada. Para la de chocolate, añadir al azúcar glas una cucharadita de chocolate en polvo. La glasa debe quedar muy densa, así que cuidado con el agua. Cuando levantas la cuchara, caen las gotas con facilidad, a pesar de su apariencia espesa. Se coloca en una manga pastelera, y se decoran las galletas. Dejar reposar toda la noche para que la glasa se ponga dura.
Guardar en una caja hermética. Duran unos 15 días. Si no te las comes antes, claro.
¡Me encanta!
¡Genial receta! Llevo un tiempo buscando recetas sin huevos ni lácteos, no por alergias en este caso, sino por una amiga vegana. Estas galletas tienen una pinta estupenda, me las guardo si te parece bien y ya os contaré el resultado (si no me olvido…jijiji)
¡Gracias por el blog!
¡Gracias Replicante! ¡Mi primer comentario del blog (a parte del de mi hermana, claro)! Me alegro que te gusten y cuéntanos el resultado si al final las hacéis tú o tu amiga.
Yo también me apunto la receta. Es sencilla y me parece perfecta para las galletas del día a día. Le he pasado el enlace del blog a una amiga cuya hija (de tres años) es alérgica a la leche desde que nació, estoy segura que le va a encantar y le va a resultar muy útil.
Pues luego nos cuentas si le sale alguna receta. Y ánimo a tu amiga con la alergia de su niña.
Julia me parece estupendo que enseñes a otras niñas a hacer tan ricas recetas!!!!
No sé cómo estarán las galletas y el chocolate, me imagino que deliciosos, pero el blog me parece estupendo: la idea, el contenido, la presentación y el título. Enhorabuena por la iniciativa.
Buenas!!
Tengo que agradecerte que en tus posts hablaras de que Julia, como alérgica a frutos secos, no puede tomar aceite de girasol. No había caído y nadie me había dicho nada de eliminarlo de la dieta de mi hijo, que como ya te conté tiene una diarrea constante que no saben a qué se debe. En AEPNAA consulté y me dijeron que lo suprimiera de la dieta. Ahora empiezo a sospechar que es por el aceite de girasol y pediré la prueba específica. Como todas las galletas que tomaba hasta ahora tienen aceite de girasol (y es más adicto que Triky, el monstruo de las galletas), me he lanzado a practicar las recetas de los sablés y la de galletas de todos los días y tengo unas dudas que creo que podrás aclararme:
– Las galletas para todos los días me quedan demasiado duras, doradas y no se queman, pero duras. Utilizo harina de espelta integral porque es la que tienen de espelta en mi tienda de confianza. No sé si será por eso o porque son finas o porque emn el horno donde lo hice no hay ventilador cuando pones el calor por arriba y abajo y entonces lo puse con calor por arriba y por abajo al principio y después con ventilador y calor por abajo. Quizá es que la receta sea así, pero creo que a Yago le gustarían más si estuvieran algo más blandas, es que cuesta morderlas. Eso sí, bañadas en chocolate le han encantado.
– Los falsos sablés me quedan tan «arenosos» que se deshacen y encima saben muy fuerte a aceite de oliva. Reconozco que me lié con las cantidades, pero en realidad es que le puse más azúcar que lo que ponía en tu receta, porque me lié. Entonces no sé si es mejor utilizar aceite de oliva suave.
Muchas gracias por tus ideas. Cuando tenga más práctica nos vas a hacer la vida más dulce!!
Un saludo y perdona el rollo,
Elena
Hola Elena, todo lo contrario, me encantan estos post porque así veo que la gente hace las recetas. ¡De eso se trata! Además seguro que hay más gente interesada en lo que preguntas.
Por partes, mira, lo del aceite de girasol es raro que dé alergia, aunque hay niños con una sensibilidad altísima que pueden reaccionar con él. Pero siempre, en cualquier caso, es mejor evitarlo por prevención, digamos que para no fastidiar más a un organismo ya fastidiado. Lo de la diarrea, me recuerda a Julia, que estuvo tres años con diarrea diaria y yo me volvía loca buscando qué podía haberle dado que le hubiese hecho reaccionar. A veces es que efectivamente estás dando algún alergeno oculto y la cosa mejora cuando das con él. A veces no es nada, es que los niños alérgicos suelen tener irritado el intestino y por eso la diarrea. A Julia le ayudaron los lactobacilos, pero también es que dimos con un médico que le trató el aparato digestivo. Y estuvimos muchos meses con dieta blanda: lo que le darías a una persona delicada del estómago, a alguien a quien todo le cae mal. Seguro que a hasta a tu niño le apetece comida suave. Por ejemplo, alimentos bien cocidos, la fruta en compota, las verduras y legumbres indigestas en puré, pocas salsas, poca cebolla, pimiento… y ¡nada de harina integral! Como mucho mezclada con blanca porque la integral está muy de moda, pero es muy dura para el intestino. Si utilizas blanca ecológica, y molida en molino de piedra, suele conservar el germen, que es lo que alimenta, y sigue siendo sana y nutritiva.
Y sí, se me ocurre que es por eso que te quedan las galletas duras, por que la harina integral endurece. Yo personalmente he optado por la harina blanca en la repostería (salvo excepciones) y más con Julia. Por dos razones: porque las cosas dulces quedan mucho más ricas y porque ya tenemos bastantes limitaciones con los alergenos, así que utilizar harina integral es añadir más dificultades a la receta. Si tu niño es alérgico podrá comer pocos dulces así que si los pocos que toma hechos por ti son un poco «basura», bien está. La harina integral puedes meterla en el pan, aunque en el caso de tu niño con diarrea, yo estaría varios meses con harina blanca, porque imagina lo que la harina integral le hace a un pobre intestino irritado.
Sí creo en cambio que es imprescindible que sea harina ecológica porque la otra lleva muchos aditivos y añadidos, aunque no lo especifiquen. De espelta blanca hay una francesa que venden en los herbolarios grandes. Si no, puedes comprar por internet la de El rincón del Segura, que es excelente. Si no, blanca de trigo. Claro que también pueden quedarte duras las galletas porque sean demasiado gordas o porque hayas puesto demasiada leche. ¡Importantísimo: seguir la receta al dedillo!
Y seguro que es por eso que se te desmigajan los falsos sablés. Aunque te confieso que sueltan bastante miga, porque quedan como una especie de polvorón duro, al enfriarse son totalmente manejables, apilables, transportables… Así que estoy segura que es por haber variado los ingredientes. Hazlas al pie de la letra y luego, cuando las hayas hecho muchas veces, puedes experimentar un poco. Un poquito más de azúcar, un poquito menos de aceite, etc.. ¡Pero siempre variar en pequeñísimas cantidades! Porque con las galletas lo tengo comprobado, variar te hace sobre todo perder tiempo y a veces hasta masas…
Lo del aceite de oliva virgen extra, hay a gente que no le gusta su sabor porque efectivamente es muy fuerte. Los expertos se echan las manos a la cabeza con el aceite de oliva «suave», porque dicen que lleva mezcla de aceites de no tan buena calidad, pero no sé. Yo mantendría un poco el virgen extra, a ver si os acostumbráis al sabor y si no puedes probar con otra variedad más suave. Aunque es muy probable que si haces las galletas con las medidas exactas, el sabor se matice. Ya me contarás.
Ni lo dudes en seguir preguntando. Un beso guapa y que se mejore tu niño.
El otro día, le regalaron a mi hija un libro de cupcakes (ella no es alérgica) y comenzamos a hacer alguna receta, no sabes qué desastre, no salía nada y lo peor, la decoración, pues era a base de nata para hacer la «glasa», nada que ver con lo que dices tu. La tuya es natural y sencilla, la única dificultad la veo en el punto de espesor, pero es cuestión de practicar, no puede quedar mal.
Qué delicia, sólo con ingredientes naturales y básicos. Lo probaré.
¡Genial y luego me cuentas qué tal te sale!
Hola. ¡Menos mal que me han recomendado este blog!
Soy madre de un niño de año y medio alérgico al huevo, la leche, los frutos secos, el pescado blanco y las lentejas.
Voy a intentar hacer algunas de tus recetas, pero no encuentro ninguna harina ecológica sin trazas de frutos secos. ¿Alguna sugerencia? Gracias.
Hola Ana, pues mira, yo utilizo la del Rincón del Segura, que se puede comprar por internet y en herbolarios. En su momento les llamé y me dijeron que podía tener trazas de soja, pero como en esa época Julia no tenía alergia a los frutos secos, eso no lo pregunté. Puede ser que sí, porque veo que producen también semillas de sésamo, etc., pero Julia la toma y no le sienta mal. Claro que ella tiene una alergia suave a los frutos secos. Depende del tipo de reacción que tenga tu niño, las trazas pueden ser muy peligrosas. Voy a llamarles y te cuento qué me dicen.
Gracias. La verdad es que estoy perdida con el tema de las trazas. Si encuentro alguna harina sin «nada» os cuento.
Ana, buenísimas noticias, el harina del Rincón no tiene trazas de frutos secos, porque ellos únicamente empaquetan las semillas y éstas no están en contacto con las harinas. Lo único es que las harinas se muelen en el mismo ambiente y entonces podría haber una lejanísima posibilidad de trazas de soja o garbanzo en la harina de trigo, etc. Espero que te sirva.
¡Qué bien! ¡Gracias! También he localizado una harina ecológica de trigo de una cadena de supermercados. No dice nada de trazas, pero no sé si es ya es obligatorio ponerlo. Probaré con la del Ricón.