Estas apetitosas galletas podrían colar como shortbread para alérgicos. Soy una fanática del shortbread, una galleta escocesa que sólo lleva mantequilla, azúcar y harina. Y esta receta es lo más parecido al shortbread que he conseguido hacer sin usar mantequilla. En realidad, son un buen ejemplo de mestizaje culinario, porque tienen la textura del sablé francés (también de mantequilla), la apariencia de un palet bretón (¡más mantequilla!) y el sabor a fruto seco del polvorón que le da el aceite de oliva y la harina de espelta.

En cualquier caso, son aromáticas y exquisitas. Y encima, son facilísimas y muy rápidas de hacer.

He tardado muchos años en hacerme con las galletas caseras. Recuerdo haber hecho muchas de niña: entonces parecía muy sencillo, tanto que preparando las merendolas familiares todos los primos metíamos mano en la masa y ayudábamos a cortarlas con un vaso boca abajo. El caso es que al ponerme a ello siendo adulta, quizás por tener que adaptar las recetas para Julia, casi siempre me salían fatal. Muchas de mis masas han ido directamente a la basura. ¡Qué frustración! Casi lo dejo por imposible.

Ahora ya sé que metía muchas patas. Me daba miedo sacar las galletas blandas del horno, entonces las dejaba cocer hasta endurecerse y luego no había diente capaz de romperlas. Si la masa estaba pegajosa, añadía más y más harina hasta que la convertía en un engrudo incomible. Mezclaba los ingredientes a boleo, y el azúcar no se disolvía bien…

Un día me decidí a hacer un curso con una profesora buenísima, Virginia Martín, de la escuela de mi hermana, La cocina de Babette. Con ella aprendí a fondo la técnica básica para hacer casi cualquier galleta. Y desde entonces, nunca más volví a tirar una masa. Las galletas siempre me salen… y además me salen buenísimas.

Esta es una rasqueta mezcladora

Rasqueta cortante de panadero

Esta es mi versión de una de las recetas de aquel curso y la hago una vez a la semana como poco. Son rápidas y muy resultonas. Sólo tenéis que seguir los pasos tal cual os lo indico.

Mirad qué bonitas. ¿A que tienen buena pinta?

Además, la masa de estas galletas me sirve como masa quebrada para tartas y también como migas para el crumble.

Pronto os enseñaré cómo la utilizo como base en distintos postres.

La receta requiere de unos 5 minutos de primer reposo + 5 minutos para mezclar+20 minutos de reposo+5 minutos para cortar las galletas+15 minutos en el horno

La taza se la hizo Julia a su padre

Receta

Sin lácteos, sin soja, sin frutos secos, sin huevo

Ingredientes

  • 500 gr. de harina blanca ecológica de espelta
  • 200 gr. de azúcar blanco o integral de panela
  • 200 gr. de aceite de oliva virgen extra
  1. Enciende el horno y precalienta a 170º y preparar una bandeja de horno para que no se peguen las galletas: se puede usar harina o papel encerado. En un bol, mezcla bien el aceite con el azúcar y déjalo reposar 5 minutos, hasta que el azúcar esté bien integrado. Yo caliento un poquito el aceite a fuego muy bajo para que el azúcar, sobre todo si es morena, se disuelva mejor.
  2. Pasados cinco mintuos, vuelve a remover bien la mezcla de aceite y azúcar y añade el harina poco a poco (mejor tamizada, aunque no es imprescindible). Con la ayuda de una rasqueta mezcladora o una espátula ancha y dura, vete integrando el harina desde los bordes hacia el centro del bol con pequeños movimientos envolventes y cortantes. Verás que se van formando migas y poco a poco la mezcla va tomando consistencia de masa. Tardarás unos pocos minutos. No uses las manos para hacer la masa. La masa de galletas, cuando menos se toque, mejor.
  3. Cuando no quede ningún resto de harina, saca la masa del bol y dale forma de bola con las manos, sin manosearla mucho. Corta la bola por la mitad y forma muy bien dos rulos del grosor de un chorizo. Envuélvelos bien apretados con papel film y déjalos reposar una media hora (en la nevera en verano, si hace mucho calor)
  4. Quita el papel film de los chorizos y con ayuda de una rasqueta cortante o de un cuchillo ancho vas sacando rodajas de 1cm. de grosor (aproximadamente) y colocándolas en la bandeja de horno previamente enharinada.
  5. Mete las galletas en el horno. Tardarán entre 10 y 20 minutos en estar listas (depende del grosor con que las hayas cortado). No dejes de vigilarlas porque se queman enseguida. Cuando estén suavemente doraditas por el centro y ligeramente tostadas por el borde, es que están listas.
  6. Sácalas del horno. Estarán todavía blandas, así que con mucho cuidado y con la ayuda de una espátula fina, vete colocándolas una a una en una rejilla de enfriamiento (te sirve una rejilla de horno) para que se enfríen a temperatura ambiente y se endurezcan. Cuidado, porque como tienen mucho aceite, queman muchísimo cuando las sacas del horno.

Estas galletas, si las guardas en una caja hermética, duran más de quince días. Yo intento tener siempre una caja llena. Gustan al niño alérgico, a sus amigos, a sus familiares y a los invitados.